El desarrollo del bienestar personal tiene varios caminos. Todos son igual de válidos. Como psicólogo, promuevo y defiendo la efectividad de la psicoterapia. Sin embargo, sería un error de mi parte cerrarme a la posibilidad de que existen otras alternativas que han probado su eficacia. Todas funcionan. Todas han transformado vidas.
Algunas tendrán mejor o peor fama que otras, pero lo cierto es que ahí están y han ayudado a resolver situaciones. El coaching, por ejemplo, ha resultado ser una interesante aportación para el desarrollo personal y profesional de las personas. Reconozco que algunos colegas minimizan su efectividad. Yo prefiero pensar que, para estar bien y sentirse bien, todo sirve.
Pero, ¿cuáles son sus diferencias?, ¿en qué casos tomar psicoterapia y en cuáles acercarse a un coach? Vamos a comenzar por definirlas y aclarar las diferencias sustanciales entre ambas corrientes. Después, me permití elaborar un sencillo test que puede servirte.
¿Qué es cada uno?
Comencemos por el coaching. La Federación Internacional de Coaching (ICF, por sus siglas en inglés) la define como “acompañar a un cliente en un proceso creativo y estimulante que los inspira a maximizar su potencial personal y profesional”.
Mi amigo Enrique Espinosa, coach y conferencista en la Ciudad de México, me compartió que el coaching puede servir para asuntos donde a la persona le esté costando trabajo tomar una decisión. “Aplica para cualquier tema donde el cliente sienta incertidumbre y, sobre todo, le esté costando tomar acciones; por ejemplo, un cambio de trabajo o la separación de una pareja”.
También puede servir, me comentó, cuando las cosas estén bien pero se quiera llegar a mejores resultados. Potencializar las herramientas, pues.
El coaching se da con base en una conversación en la que el cliente exprese su deseo de querer ir hacia adelante
Por su parte, la Asociación Estadounidense de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), define a la psicoterapia como “un tratamiento de colaboración basado en la relación entre una persona y el psicólogo [mediante] procedimientos científicamente válidos para la creación de hábitos más sanos y efectivos”.
Es decir, la psicoterapia puede servir para identificar y cambiar ciertos patrones de pensamiento y comportamiento que impiden a la persona sentirse en plenitud, y que se relacionan con cuadros clínicos como depresión o ansiedad, adicciones o trastornos.
El proceso incluye analizar los pensamientos, las emociones y los comportamientos del paciente, además de procesos que también estarían involucrados, como la motivación, el aprendizaje o la percepción. De considerarlo, puede canalizar a una persona con un psiquiatra, un médico dedicado a tratar los trastornos mentales de origen genético o neurológico.
Como puedes ver, la diferencia principal entre ambas radica en sus alcances. “El coaching no atiende depresión, ningún tipo de adicción o trastorno. Se enfoca principalmente a trabajar en posibilidades hacia el presente y el futuro. No busca arreglar el pasado”, me comentó mi amigo.
Coaching y psicoterapia son diferentes, pero ambas están al servicio de las personas
No es un debate para saber si alguna es mejor o peor. Ojo: no es que todo necesite trabajarse desde la raíz. En la psicoterapia, tenemos un principio importante: “Si no hay síntoma, no hay demanda”. Es decir, si una situación no le genera conflicto a un paciente, ¿para qué rascar en ello?
Pilar Conde, psicóloga y directora de Clínicas Origen, explica: “El coach podrá ser beneficioso en todas las áreas de desarrollo profesional y personal en las que una persona quiera mejorar, incluyendo salud, economía, diversión y ocio, trabajo y familia; pero con un matiz: que la persona no presente sintomatología clínica como ansiedad o trastorno depresivo (así como otras limitaciones como fobias, tics y hábitos nerviosos, insomnio, trastornos de alimentación…). Si este es el caso, la elección siempre es terapia psicológica que, en todo caso, cuando la persona se encuentre estable, puede derivar en un proceso de coaching. Si lo que me sucede es que me encuentro insatisfecho, desactivado, pero no tengo elevados niveles de malestar, un proceso de coaching puede ser lo adecuado. La línea es muy fina”.
TEST
Y para contestar la pregunta de este artículo, ‘¿Necesito un coach o un psicoterapeuta?’, puede servirte contestar estas preguntas. Sólo contesta Sí o No (anota tus respuestas):
- Estoy atravesando un mal momento emocional. Siento que no estoy logrando mis objetivos.
- Me preocupa el futuro. No sé hacia dónde llevar mi vida.
- Estoy en un dilema y no sé qué decisión tomar.
- Creo en mi proyecto, pero me gustaría lograrlo en menos tiempo.
- Me encuentro bien, pero quisiera potencializar las cosas hacia mejores resultados.
- Suelo relacionarme con personas que me maltratan.
- Me cuesta mucho resolver mis problemas. Cada que lo intento, siento mucha ansiedad.
- Todo el tiempo tengo un malestar sin una aparente razón.
- Mis relaciones son un desastre y no sé por qué.
- Por mi mente han pasado ideas que atentan contra mi persona.
Respuestas
Mayoría de ‘Sí’ a las preguntas 1 a 5, necesitas un coach
“Un coach es un gestor de la felicidad, una persona que ayuda a eliminar los elementos negativos de la vida con herramientas que facilitan la comprensión de nuestros pensamientos y comportamientos”. Así lo afirma José Miguel Gil, presidente de la Asociación Española de Coaching (ASESCO).
Un coach será tu aliado para concretar ese proyecto que quedó atorado, ese asunto que lleva tiempo sin resolverse, o cuando te esté costando trabajo tomar una decisión. También puede ayudarte a llevar las cosas a un siguiente nivel y potencializarlas hacia un mejor resultado.
Mayoría de ‘Sí’ a las preguntas 6 a 10, necesitas un psicoterapeuta
Quizá el problema que estás enfrentando viene acompañado de sensaciones y síntomas limitantes que están afectando directamente tu salud en general. Tal vez existan dificultades para concentrarte o realizar actividades cotidianas, y ciertas conductas están comenzando a tener consecuencias en tu calidad de vida y las de quienes te rodean.
Cada psicoterapeuta pertenece a una corriente de pensamiento desde la cual interviene. Por ejemplo, la terapia cognitivo-conductual tiene un método práctico con tareas efectivas para enfrentar los problemas, más centrado en los pensamientos y las acciones. Los enfoques psicoanalíticos interpretan lo referido por los pacientes para encontrar las conexiones ‘ocultas’. Los humanistas trabajamos más desde el potencial propio de cada ser humano y las herramientas que ya tiene. Por eso, pregunta a tu psicoterapeuta cuál es su enfoque de intervención, para que tengas una idea de cómo será su método de trabajo.
Como puedes ver, el coaching y la psicoterapia tienen su respectiva utilidad. Si bien guardan marcadas diferencias, ambas caminan hacia un noble fin común: transformar vidas. Y tú ¿qué necesitas?, ¿un coach o un psicoterapeuta?
Abraham Monterrosas Vigueras es periodista, trabajador social y psicólogo clínico, especialista en terapia breve.