Mantras, el arte de repetir una frase: cinco afirmaciones que pueden cambiar tu vida

¿Sabes cómo se forma un hábito? Repitiéndolo. Es decir, insistir hasta que el cerebro reúna las piezas necesarias para convertir lo practicado en un estilo de vida. Está claro: la base de cualquier transformación es la constancia.

Justo así es como las madres enseñan a los niños a repetir palabras como ‘Por favor’, ‘Perdón’ o ‘Gracias’… hasta que se convierten en un hábito. Ya cuando ese niño llega a ser adulto, se da cuenta de que frases como esas le abren puertas y oportunidades en la vida.

Lo que comienza repitiéndose en la cabeza, termina materializándose en la vida.

Exactamente eso es lo que hacen los mantras (también conocidos como afirmaciones o decretos). Se trata de una palabra o frase que, al repetirse en la mente, puede ayudar a cambiar un patrón de conducta.

Estudios científicos en el mundo han ubicado a estos mantras como una estrategia no farmacológica para fomentar la salud mental positiva en las personas. Un artículo publicado por Psychology Today plantea que repetir un mantra “reduce la actividad en la parte de nuestro cerebro que es responsable de la reflexión y los juicios hacia el interior”.

Los mantras y la terapia

Como terapeuta, he encontrado en los mantras una herramienta muy útil de transformación. Cada sesión, entrego al paciente un decreto diferente, relacionado con el tema que estemos abordando. Por ejemplo, en la primera sesión, les comparto una de las afirmaciones más efectivas que existen:

Me doy permiso de avanzar

Este decreto permite al paciente darse la oportunidad de cambiar su vida. Quizá aún no sabe cómo ni en qué dirección, pero claramente tiene el interés de hacerlo. De ahí que sea importante ‘darse permiso’ de, por lo menos intentarlo.

Los mantras tienen grandes beneficios. Por ejemplo, estimulan el diálogo interno (lo cual permite que el paciente identifique sus propios pensamientos), relajan la mente, inspiran a seguir aprendiendo, activan la conciencia y pueden convertirse en una filosofía de vida. Esto es una prueba más del poder que tienen las palabras.

 Cinco mantras para sanar

En mis redes sociales de psicólogo, cada lunes comparto lo que he llamado la ‘Frase de la semana’. Se trata de un mantra que, en muchas ocasiones, está inspirado en los pacientes que estoy atendiendo en aquel momento.

Sin embargo, muchas veces algunas personas me han escrito o compartido que ese mantra llegó a ellos en el momento justo en que necesitaban leerlo, por alguna situación que estaban viviendo a nivel personal. Siempre les respondo con la misma frase:

Los mantras tienen la cualidad de llegar a donde se les necesite.

Por ello, a continuación te comparto cinco decretos que pueden ayudarte a transformar tu vida en cinco aspectos importantes (padres, espiritualidad, amor, salud y abundancia), así como algunos ejemplos de pacientes con quienes he tenido la oportunidad de trabajar.

1. “Libero a mis padres de la responsabilidad de cumplir MIS expectativas”

Mi paciente Karla no soportaba a sus padres. A pesar de que ya era una adulta e incluso ya ni siquiera vivía con ellos, le molestaba su tóxica relación y los señalaba como los causantes de que ella se divorciara, por lo cual cada que los visitaba todo terminaba en peleas.

Claramente, les estaba adjudicando una responsabilidad que no les correspondía: que sus padres fueran como ella quería. Le escribí ese mantra y le pedí que, al visitarlos, en esta ocasión no participara en las discusiones, que guardara silencio, observara y se repitiera mentalmente esa afirmación. Sus padres siguen peleando, pero ella logró liberarlos (y liberarse) de la carga de querer cambiarlos.

2. “Estoy divinamente guiada y protegida”

Cada semana, Sandra decía tener una nueva enfermedad. Según ella, en la lista figuraban diabetes, pulmonía y hasta VIH. Tardó mucho en acudir a terapia, pues temía salir y contagiarse de algo más. Su miedo profundo se debía a la repentina muerte de su madre y, desde entonces, se sentía indefensa ante las circunstancias.

Le di este mantra y lo aplicó en un momento crítico de su vida: en una situación de peligro en la que sus hijos pequeños corrieron atemorizados a abrazarla. Ella debía protegerlos, pero al mismo tiempo sentirse protegida por una fuerza superior. Poco a poco, confió en la divinidad y, de paso, comprobó que no padecía ninguna de las enfermedades que decía tener.

3. “El amor siempre es bienvenido en mi vida. Me permito recibirlo, agradecerlo y corresponderlo”

Tras un aborto espontáneo, Sofía tenía un gran miedo a la intimidad. Tanto fue su temor, que lo somatizó en hemorroides para así evitar el contacto sexual. Algunos hombres solían buscarla con genuinas intenciones de establecer una relación formal, pero ella siempre se negaba a corresponder.

En una ocasión, me contó que el amigo de un primo suyo (a quien conoció en una reunión familiar) le envió un mensaje para invitarla a salir. Estaba a punto de responderle que no cuando se acordó del mantra; borró lo que llevaba escrito y respondió con un simple pero transformador “Sí”. Su noviazgo continúa.

4. “Confío en el proceso de la vida”

Desde niño, Jorge solía enfermarse con regularidad. Ya siendo un adulto, padecía de un mal  autoinmune, además de problemas en la vista y los huesos. Se sentía muy indefenso desde que tenía ocho años y su madre lo mandó a vivir con su abuela, quien lo maltrataba. Se desesperaba con facilidad y creía que los médicos que lo atendían lo timaban.

Jorge tenía miedo a ser un adulto. Necesitaba confiar en la vida y dejarse fluir. Este mantra no sólo le ayudó a acelerar su recuperación, sino que también se lo repitió para presentar su examen profesional… por el cual obtuvo una mención honorífica.

5. “Llevo una sana relación con el dinero. Me abro a la abundancia con merecimiento y gratitud”

Aída se sentía atrapada en un empleo sin futuro. Siempre deseó administrar su propia cafetería, pero se ganaba la vida siendo la asistente de un contador. Su relación con el dinero empeoró cuando el dueño de la empresa murió y la viuda le recortó el sueldo.

Por supuesto, debíamos romper los viejos paradigmas que le enseñaron en casa sobre la abundancia. Solía decir que la vida era muy cara y todo era difícil de conseguir. Claramente, esas ideas limitantes le impedía progresar; pero este mantra comenzó a transformarlo todo.

¿Qué te parecen estos decretos? ¿Te gustaría que formaran parte de tu sistema de pensamientos? Sólo necesitas memorizarlos, escribirlos y/o repetirlos desde el corazón cada que alguna idea limitante te esté impidiendo progresar.

Tienes la oportunidad bendita de estar viva. Por lo tanto, el derecho divino de ser plena, abundante, sana y sentimentalmente correspondida. Repite en la mente lo que quieres que te ocurra en la vida real. El universo se encargará de lo demás.

 

Abraham Monterrosas Vigueras es periodista, trabajador social y psicólogo clínico, especialista en terapia breve.

 

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