Hoy, podría ser un día gris. Como cada 24 de abril, se conmemora Denim Day, una jornada oscura en la que, desde hace 20 años, se busca generar conciencia sobre los abusos que sufrimos las mujeres en todo el mundo.
Sin embargo, en esta ocasión, quisiera celebrar a los héroes que me salvaron; porque, después de todo, no todos los hombres son iguales. Muy por el contrario, así como hay villanos, los hay también aliados, respetuosos y sobre todo, que nos valoran por lo que realmente somos: mujeres valientes, distintas pero iguales a ellos, que sabemos lo que queremos y estamos dispuestas a darlo todo para lograrlo. Y por suerte, más de una vez en mi vida, he tenido la fortuna de cruzarme con alguno de estos caballeros nobles.
En el miedo, una mano salvadora
Tenía 22 años cuando me animé a emprender un viaje soñado. Decidida a recorrer Europa, me propuse trabajar unos meses en Barcelona hasta juntar el dinero necesario. Comencé entonces, a desempeñarme como camarera en un restaurante. Al principio todo iba bien, hasta que el gerente puso sus ojos en mí.
En dos ocasiones, sentí verdadero miedo: con la excusa de darme mi cheque, durante mi horario de trabajo me acorraló dentro de una oficina pequeñísima, donde prácticamente no había sitio para los dos. Otra vez, al salir de cambiarme el uniforme, me encontré con que había aprontado a todos mis compañeros a irse, y me descubrí sola con él, en un restaurante vacío.
Por fortuna, en medio de esa soledad e impotencia, sentí ambas veces cómo la mano amiga de un compañero de trabajo, que siempre me acompañaba a casa para que no caminara sola, llegó a devolverme a la luz. Estaba a salvo, y a tiempo.
Nunca más
A lo largo de mi vida, esta no ha sido la única vez en que algún hombre ha intentado tomarme como objeto. Y por triste que sea, no he sido la única. Las noticias dan cotidianamente, durísimos ejemplos de ello. Y no hay que ir tan lejos. De hecho, no conozco a ninguna mujer, mayor o menor que yo, amiga, hermana, compañera, conocida, que no haya, alguna vez en su vida, sufrido alguna forma de acoso.
No obstante, es cierto también, que muchas encontraron como yo, a su hombre noble que la ha defendido, que ha sido su voz y escudo para evitar… Mejor ni pensarlo.
Es cultural. Pero la cultura puede cambiarse. Por eso, este Denim Day, te invito a celebrar a los hombres aliados que están dispuestos a ayudarnos, hasta que finalmente el mundo madure lo suficiente para entender que, las mujeres somos valiosos y valientes seres humanos, ni más ni menos importantes que nuestra contraparte de género. Estoy convencida de que el ejemplo replica, como una cadena infinita de respeto hasta que por fin podamos decir: “Denim Day, nunca más. Ya no es necesario”.
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