Si te molestan o avergüenzan los cumplidos que te hacen, quizás tengas que revisar tu autoestima.
¿Te pasa que cuando alguien te felicita por algo piensas que lo hace de compromiso o para complacerte? ¿Desconfías de quien te elogia por algo que tú crees que “no fue gran cosa”? ¿Sientes que tu mala opinión sobre ti misma es “la verdad”? ¿Te avergüenzas cuando te hacen cumplidos por algún logro o atributo? ¿Respondes a ellos con vergüenza o haces como si no los oyeras?
Si respondiste sí a alguna o todas de estas preguntas, puede que sufras del “Síndrome del Impostor“.
Las personas que lo tienen no están enfermas, pero sí tendrían una percepción distorsionada de sus propias cualidades, particularmente de las buenas.
En pocas palabras, su autoestima estaría tan baja, que no serían capaces de creer que los cumplidos hacia ellas sean genuinos. Así, desconfiarían de sus propias capacidades aunque su entorno las reafirme una y otra vez.
Su autoestima estaría tan baja, que no serían capaces de creer que los cumplidos hacia ellas sean genuinos.
De esta forma, aquellos que las elogian serían para ellas “tontos” o “mentirosos” incapaces de ver sus defectos tan claramente como ellas mismas, como bien explica la profesora de filosofía Katherine Hawley en Psychology Today.
Y no es ella la única que lo dice: un estudio de 2017 también encontró que las personas con baja autoestima se sentirían incluso humilladas al recibir algún tipo de elogio.
Así puedes mejorar, si es tu caso
En primer lugar, no desesperes: trabajando en una misma es como se superan este tipo de problemas. En segundo, no descartes la psicoterapia, que puede ayudarte a entender mejor por qué te comportas así.
Además, para empezar a recibir cumplidos con un poco más de soltura y sin cuestionarte tanto a ti misma, sigue estos consejos:
- Deja de confiar tanto en tu opinión. Puede que esto te suene contradictorio, si de aumentar la autoestima se trata. Pero, precisamente, esto es lo paradójico de las personas con Síndrome del Impostor: en lo único en que confían “ciegamente” es en su propia opinión negativa sobre sí mismos.
- Deja de ser tan perfeccionista ¡por favor! Quizás te exijas tanto a ti misma que no puedas ver tus logros sino solamente tus fallas y defectos. Achica en tu mente estos últimos y agranda los primeros, y estarás bien.
- Acepta, amplifica y avanza. ¿Qué pasaría si la próxima que te hacen un cumplido detienes ese pensamiento negativo automático y haces como si creyeras lo que te dicen? ¿Qué tal si dejaras que el elogio ingrese en tu mente y tu cuerpo antes de dudar de él? ¡Te sentirás fabulosa!
- Sonríe y agradece. En vez de acudir a la falsa modestia y aunque te incomode el cumplido, sonríe mostrando tu dentadura en toda su extensión y di un “gracias” sentido. A mí eso siempre me ha ayudado a acallar mis dudas.
¿Y a ti cómo te caen los cumplidos? ¿Te gustan? ¿Los odias? ¿Te avergüenzas?
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