En este episodio, tratamos un tema que nos es muy familiar a medida que avanza el calendario, y se acentúa más en algunas mujeres más que en otras. Se trata del miedo a envejecer. Un miedo que lleva a algunas personas a mentir sobre su edad, a someterse a cirugías estéticas extremas o a angustiarse por un tiempo que ya no regresará.
Hoy las mujeres de nuestra generación nos vemos y sentimos mejor que nunca, viviendo una vida muy diferente a la de nuestras abuelas y madres, y muy lejos de lucir matroniles o “aseñoradas” como algunas de ellas. Y lo más hermoso de tener esta edad, es reconocer el paso del tiempo con amorosa aceptación, con orgullo por el camino recorrido y las marcas que nos dejó el viaje.
Esto no quieres decir que el avance de las canas o las arrugas sea divertido, por supuesto que no. Pero el desafío es aprender a reconocerlas y a convivir con ellas, ya sea camuflándolas un poco con un toque de Botox, un corte o un color de pelo estratégico, o simplemente, luciéndolas en todo su esplendor como muchas mujeres que así lo hacen.
¿Pero qué nos pasa cuando tenemos miedo a envejecer, o no queremos envejecer, pretendiendo lucir y vivir como cuando teníamos 20 o 30?
En un mundo que pondera la juventud, tanto laboral, como social y culturalmente, no sentirse impactada, o mirar con cierta angustia o nostalgia el paso de los años, sería negar la realidad.
El problema se presenta cuando lucir joven se vuelve una obsesión, y recurrimos a todos los métodos al alcance de la mano para lograrlo: cirugías extremas, ropa que solo es para determinada edad, comportamientos que no se corresponden con nuestra edad, mentir cuando nos preguntan cuántos años tenemos. Todo esto nos hace a vivir en un engaño, pues cuando nos demos cuenta de que vivir por siempre joven es imposible, se va a producir un conflicto.
Nuestro psicólogo clínico, Abraham Monterrosas, nos habla sobre esta carga social que tenemos las mujeres, esta presión por vernos siempre bellas y jóvenes para ser aceptada. Nos dice:
“La publicidad las bombardea constantemente con productos para lucir más joven, haciéndonos creer que la juventud es sinónimo de belleza, y por supuesto eso hace que muchas mujeres lleguen a preguntarse si no son lo suficientemente jóvenes y bellas para otros, y quizá por eso muchas de ellas terminan mintiendo sobre su edad”, o en algunos casos, sometiéndose a procedimientos estéticos extremos, que pueden poner en riesgo su salud.
Abraham Monterrosas
En nuestro camino hacia la auto aceptación, te invito entender qué se esconde tras el miedo a envejecer, a aprender a abrazar la edad maravillosa que tenemos, a escuchar a Abraham y a otras mujeres como tú y como yo, expresarse al respecto. Escucha aquí el episodio 17, o búscalo en tus plataformas favoritas.