Comienza febrero, y sistemáticamente una invasión de corazones rojos, flores, globos y botellas de champan, invaden las tiendas, los supermercados, los centros comerciales, para celebrar el famoso día San Valentín, el 14 de ese mes. Sin embargo, a nuestra edad, esta celebración tiene un significado muy particular para cada una de nosotras. O no lo tiene en absoluto.
A los 40, a los 50, cada mujer tiene una mirada diferente sobre este día, y decide plegarse o no a la avalancha de declaraciones de amor. Las opiniones entre las chicas de nuestra generación están divididas. A algunas les resulta una celebración pintoresca, a otras una cursilería, una excelente oportunidad para los vendedores de flores y chocolates, y también hay un grupo que les da exactamente igual.
Lo cierto es que, a esta altura, nosotras decidimos cómo queremos vivir esta celebración, pues a diferencia de cuando éramos más jóvenes, ya no necesitamos identificarnos con ningún día en especial para validar nuestro amor hacia alguien. “Cuando somos jóvenes”, nos dice Abraham Monterrosas, nuestro psicólogo clínico,
“tenemos una percepción del amor mucho más idílica, alimentada por la afición que nos ofrecen ciertas películas, series, canciones, y llegamos a creer que el amor es eso: chocolates y flores. Conforme crecemos, nos damos cuenta de que el amor tiene capas mucho más profundas, en las que están aspectos como el respeto mutuo, la comunicación, el sexo, los acuerdos, los vínculos familiares. De ahí que los 40 o 50 años nuestra percepción del amor sea tan diferente”.
En la edad en la que hemos sabido redefinir celebraciones como estas, te invito a conversar, a intercambiar ideas, a reírnos, a conocer la mirada de otras con otras sabias en tacones como tú y como yo, y la perspectiva de nuestro maravilloso psicólogo, sobre el día del querubín del arco y la flecha. Escucha aquí el episodio 14 o búscalo en tu plataforma favorita.